Más allá del relax que se experimenta durante una sesión de BodyRoll, lo que ocurre en el interior del cuerpo es una sinfonía de reactivación fisiológica. Este método, basado en el drenaje linfático mecánico y la estimulación fascial, activa procesos internos clave que impactan tanto en lo estético como en lo funcional.
Desde dentro hacia fuera:
La presión rotatoria de los rodillos estimula el sistema linfático, facilitando la eliminación de toxinas.
Se activa la circulación sanguínea, lo que mejora el aporte de oxígeno y nutrientes a la piel.
Las fascias —el tejido conectivo que envuelve músculos y órganos— se liberan de restricciones, devolviendo elasticidad al cuerpo.
¿Qué se ve?
Una piel más tersa, hidratada y luminosa.
Reducción visible de retención de líquidos.
Cuerpo más esbelto, más ligero y armonioso.
BodyRoll no busca imponer un ideal de belleza. Busca revelar la mejor versión de tu cuerpo, desde la salud y la coherencia interna.
